Archive for junio 2010

Hechos resaltantes del periodismo y la comunicación venezolana en los últimos años


Hoy es día del periodista en Venezuela y se arma la polémica. Sólo con la entrega de premios, tan polarizados como el propio país, basta para la respectiva indigestión. Vale entonces separarse del título y mirar desde afuera la profesión.

Es así como tratando de hacer un recuento de los hechos más resaltantes del periodismo venezolano en los últimos años, consigo la foto de Hector Rondón Lovera (la misma que abre estas líneas) que tomó del denominado “porteñazo” y que aparentemente ha sido el reportaje más emblemático en el país (de hecho, esa fue la respuesta que conseguí al lanzar la interrogante en Twitter).

La captura fue merecedora del renombrado premio Pulitzer, galardón que hasta ahora no recibido ningún otro venezolano en ninguna de sus categorías (y esperemos que bajo estas condiciones nunca lleguen a hacerlo).

Esto quiere decir que desde hace más de 40 años la profesión en la nación no ha sido reconocida internacionalmente. ¿Qué ha pasado entonces en los últimos años? He aquí un breve top-five con los eventos más relevantes del periodismo venezolano.

5.- Presidente Chávez recibe premio municipal de periodismo alternativo 2009  por lenguaje "pedagógico"

La  presencia del presidente Hugo Chávez en los medios es innegable: semanalmente se publica una columna titulada Las líneas de Chávez; cada domingo se lanza sus maratónicos programas de Aló Presidente además de las respectivas cadenas de radio y televisión durante las semanas; a principios de 2010 lanzó De repente programa radial que como él mismo dijo, es “esporádico” y que a la fecha no ha salido más, , además del uso de Internet con su famoso Chávezcandanga en Twitter o su blog.

Es allí, después de nombrar esta lluvia de espacios para la difusión del mensaje presidencial, donde surge la pregunta ¿esto convierte al señor en periodista? En 2009, el Consejo Municipal de Caracas consideró que sí al otorgarle una mención especial del premio Municipal de periodismo Fabricio Ojeda por uso del “lenguaje pedagógico y sencillo” con el que explica “los valores del proceso revolucionario” que él mismo lidera desde que llegara al poder en 1998.

Esto atrajo la furia de los periodistas y detractores (descalificados inmediatamente como envidiosos, capitalistas, escuálidos, oligarcas y demás palabras del vocabulario “revolucionario”) por cuanto no es solamente que le entregan un título a un hombre que aparentemente no tiene punto intermedio entre odiarlo o amarlo, sino que la profesión es vista como una “cosa” que cualquiera puede ejercer  con tan sólo contar con el medio.
domingo, 27 de junio de 2010
Publicado por: David Padilla g

Almuerzo en el colegio

Hora del almuerzo y veinte bolívares fuertes en la billetera. Una pésima combinación cuando sólo se lleva medio sándwich de jamón en el estómago y un par de franquicias, golpeadas por la inflación y que insultan a la alta gastronomía con sus atractivos combos, seducen a los que buscamos un oasis para palear el hambre a la desértica hora del mediodía.

Esa tarde no tenía muchas opciones: un local chino con comida de dudosa calidad, una farmacia con abarrotes y una venta de hamburguesas de corte americano, que pareció entender que había algún insumo en su menú que me inyectara de un “mientras tanto” a cambio del único billete que me acompañó ese día.

Tras elegir un asiento huyendo del obstinado dependiente con el trapeador, mis dientes hacían contacto con el trozo de carne casi quemado a la parrilla antes de ver el reflejo de un chico de mediana estatura en el vidrio del parque infantil.

La sonrisa vino de inmediato. Era aquel un personaje totalmente desconocido para mí pero fue su atuendo, un uniforme bicolor con letras de rojo vivo saliendo de su pecho, que lanzó a mi mente muchos años atrás en un par de segundos. Usaba el inconfundible traje deportivo similar al que utilicé durante la mitad de mi vida en el mismo colegio donde debía estar estudiando ese muchacho desgarbado de particular peinado.
martes, 15 de junio de 2010
Publicado por: David Padilla g

Cheo, el atrevido

José “Cheo” Gonzalez definitivamente fue un tipo interesante. Nació en 1950 y se graduó en el 73 como periodista de la Universidad del Zulia (LUZ). Falleció hace par de años y de seguro ya nadie habla de él, aunque parte de su historia sigue vigente en algunas dependencias de esta casa de estudio.

Fue uno de los tantos profesores fundadores de la Facultad Experimental de Ciencias así como dirigente gremial, creador de periódicos y Director de información y Relaciones Públicas de LUZ. Es sin embargo su cargo frente al semanario, que hoy se conoce como LUZ Periódico, donde a modo personal resalta su mayor proeza.
Quizás me adelante con tantos baches históricos en el camino. Sus detractores y seguidores se encargarán de corregir el curso del relato. Me remito a retratar a un hombre que se atrevió a publicar en la prensa universitaria algo simple y sencillo pero casi olvidado en estos días en el periodismo tradicional: una crónica. De hecho, no fue una sola sino las suficientes como para publicar el libro De tierras tintas.
lunes, 14 de junio de 2010
Publicado por: David Padilla g

Waka waka

“Mire, escúcheme un momento”, dice la jefa de prensa al verme llegar. El tono solemne y carente de cualquier maracuchismo indicaba que la orden estaba por llegar. “Le toca el trabajo especial de esta semana”, me lo suelta al tiempo que yo suspiro. Hace pocos meses me deslindé del departamento de prensa de LUZ Radio para integrarme al de producción y encargarme así de la Web (labor para la que fui –digamos que- contratado) pero mantengo lazos con mi albergue anterior por haber aceptado seguir haciendo la serie de reportajes periodísticos que suelen llamar trabajos especiales. 

Aquel día sin embargo no estaba feliz con mi asignación. Tan solo un día antes me habían quitado la carga al ofrecerle el trabajo a otra persona, pero esa mañana la pelota entró en mi arquería con un tema que alude al símil: el mundial de fútbol.  

¿Qué podría decir que no se haya dicho? El himno oficial de Shakira y su movimiento de caderas ya habían opacado cualquier dato importante sobre el evento, así como la historia del balón, de la mascota y de cuanto elemento simbólico exista. Pero luego pensé en algo sustancial que poco se ha sabido explotar: Sudáfrica.
domingo, 13 de junio de 2010
Publicado por: David Padilla g

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