Publicado por: David Padilla g
sábado, 12 de enero de 2008
Seguramente a más de uno le ha rondado el pensamiento, luego de aguantar un ardiente sol o estar encerrado en un lugar con poca ventilación y vista, que trabajar desde la casa debe ser de lo mejor. Pues ciertamente tiene sus buenos beneficios en este mercado usualmente dominado por programadores, diseñadores, publicistas, creadores de productos artesanales (como galletas y comidas) y por qué no, ociosos y pendencieros.
Yo que estuve dos años trabajando de sol a sol, tragando polvo y viajando constantemente y encontré refugio en los dos trabajos que realizo desde cualquier parte donde haya Internet, puesto que puedo cuadrar mi horario de clases al trabajo y no viceversa.
Ahora bien, tomando en cuenta mi experiencia personal y de varias personas que están en lo mismo, he traído a la balanza lo bueno y lo malo de trabajar desde la casa.
Lo bueno
- Ciertamente lo más fenomenal es que no se está condicionado a usar ningún tipo de uniforme. Una franela roída y un short, basta y sobra. Algunos más extremos optan por los desnudos, allí por lo momentos, no me incluyo.
- El horario. En algunos "empleos" se condiciona las horas laborales, aún así ir al baño las veces que quieras, tomar alguna bebida, estirar las piernas y demás actividades no están supervisadas por lo que se puede hacer libremente. Se puede dar pausa cuando uno lo desee y así hacer esas diligencias necesarias, sin tener que avisar que vas a hacerlo a tu superior.
- Levantarse tarde es lo más deseado, sin embargo, eso quita productividad por lo que se debe tener sentido común y no abusar de ello. Lo bueno es que uno puede decidir cuando levantarse temprano y cuando no.
- Controlas esos gastos desmedidos, a veces indeseados, provocados por el clima, compañeros, trabajo y demás, como comprar alguna bebida, comer en cierto restaurante, entre otros.
- Tu hora de salida dependerá de tu agilidad y tu esfuerzo, nada mejor que eso. Aunque puede haber ciertas limitaciones en cuanto a horario, como ya lo mencioné con anterioridad.
- Mayor control en tu ambiente laboral; colocar o retirar algo que no te guste, permitir el paso a quien tu decidas, encender o no un televisor o un reproductor de música.
Lo malo
- Dependiendo de la actividad y del empeño, tu vida social en horas de trabajo estará limitada a un vecino, el perro que ladra o al paracaidista que calculó mal la caída y llegó a tu casa. De resto, no hay esa sociabilidad que consigue hasta un visitador médico. A algunos no les importa, otros tienen el respectivomessenger y el celular, sin embargo, estar encerrado en una casa sin ver o conversar con personas no es algo muy saludable que digamos.
- Las condiciones físicas irán decayendo, siempre y cuando no se tenga un régimen de ejercicios.
- En ocasiones, el "encierro" lleva a la ansiedad, y con ello viene la "necesidad" de comer, beber y hasta fumar.
- Te conviertes en el responsable de la casa. Los habitantes de tu casa, si salen, preguntarán si alguien los llamó o los vino a buscar, que a tal hora llegará un paquete y debes estar pendiente, entre otras cosas. Si no existe una comunicación muy sana, puede que pidan tu ayuda y que dejes tu trabajo para dedicarte a labores domésticas como limpiar, cocinar o reparar algo.