Maracaibo no es una ciudad para caminar. La ciudad está diseñada para que circulen exclusivamente autos, buses y carretas tirados por burros. Los mortales que no tenemos carro en esta ciudad, tenemos que estar sorteando la suerte en un bendito bus o carrito por puesto del transporte público, siempre abarrotado de gente. 


Los afortunados que posean auto con aire acondicionado en esta ciudad, quizás les sea un poco más fácil aceptar el constante sube y baja; de pasajeros de alguna unidad de transporte público en cada metro de una calle o les puede parecer hasta normal ver en horas pico, buses abarrotados de personas, asimétricamente inclinados hacia el lado de sus entradas, y que en éstas, siempre va a estar un cúmulo de ciudadanos abrazados con la persona que mejor esté sujeta al bus, entre ellas el colector, ser que siempre lleva billetes enroscados en sus dedos , corriendo de vez en cuando detrás de la unidad y pidiendo a gritos acomodo a los usuarios con el habitual: esparda con esparda.



Nunca va a faltar el tipico vallenato taguarero colocado con tanto volumen, que el piche colector nunca escucha cuando es tu parada y te termina dejando dos cuadras más adelante.
Y si estas apurado, ni te se ocurra montarte en algún microbus de la ruta de Uni6, que en ciertos momentos si lo pierdes, puedes perseguirlo hasta caminando.